jueves, 25 de febrero de 2010

¿PUDIERA CUESTIONARME...?

No entienden que buscando la confrontación siguen los pasos, uno a uno, de quienes más detestan o dicen detestar, lo cual no deja de ser un contrasentido y mientras todos ellos continúan el juego, un río se seca, un glacial se derrite o algún cambio que aún no ha sido registrado o entendido, se está dando en este preciso instante. Las cosas se están transformando y nosotros no nos estamos preparando. El mundo se sigue y se seguirá rigiendo por principios muy antiguos. Las naciones se siguen comportando como depredadores en el contexto internacional, la ley de la jungla en el mundo multipolar sigue vigente o al menos esa es la impresión que a mi me da. La lucha se sigue dando en el campo evolutivo tal y como Darwin lo interpretó. El más apto ejercerá la supremacía y garantizará su sobrevivencia. Y pareciera que la energía, hoy más que nunca, juega un papel fundamental. No ven más allá, pero la sobrevivencia de la raza se está debatiendo en tal sentido y en muchas lenguas. Millones de personas lo entienden, incluso varias sociedades también lo entienden llegando a aplicar cambios que suavizan el modelo, pero siempre puertas adentro, para su sociedad; hacia afuera, entre los países, la competencia sigue siendo despiadada y el sino de la explotación sigue marcando cicatrices en el planeta y en su gente. Insisto, nosotros (los venezolanos), no nos estamos preparando adecuadamente. Una gran oportunidad discurre y ya son varias las décadas que hemos dejado pasar. Entendemos la necesidad del cambio pero no la manera de realizarlo. Es lógico pensar que para entrar en el juego debemos manejarnos bien con sus reglas que por demás son naturales. Jugando y jugando bien, veremos la posibilidad del éxito. Soy de los que creo que si podemos hacerlo, creo en la raza humana y creo en los venezolanos, pienso que podemos evolucionar, que podemos dejar de ser una especie depredadora y conflictiva, estoy seguro que podemos cambiar nuestros hábitos y sobrevivir. Es un tema de adaptación al más puro estilo, humano.
Comprendiendo la complejidad del momento histórico actual ¿Pudiera yo cuestionarme si quienes se encuentran a cargo están preparados para guiar mi sociedad en tal coyuntura? Creo que si puedo cuestionarlos y creo que no están preparados. Pudiera ser por falta de conocimiento, en cuyo caso estaríamos hablando de incompetencia o pudiera ser por falta de juicio, es decir, por locura. Tengo la impresión de que la respuesta será devastadora. Las dos cosas están presentes, incompetencia y locura, lo cual es terrible y como nación no podemos permitirlo. La sociedad, todos en nuestro contexto y en nuestro espacio, debemos expresarnos. Seguiremos opinando.
CARLOS G. B.

lunes, 8 de febrero de 2010

LA VITA É BELLA

Vino a mi cabeza la imagen de la película “La vita é bella” de Roberto Benigni, donde un payaso (el mismo Benigni, en el mejor de los sentidos) recluido con su hijo en un campo de exterminio nazi, no sólo oculta sino transmuta la realidad de algo nefasto e inevitable a algo hermoso y divertido con el único fin de que ese niño que era su hijo no sufriera el espinado peso de la descarnada verdad. Me fue imposible no trasladar dicho argumento a la realidad nacional donde Elías Eljuri, titular del Instituto Nacional de Estadísticas, y tantos otros notables, actúan como aquel padre positivista para que nuestro niño, ese que rige los designios del estado, no se acongoje y en alicaído encuentro con la realidad, sufra el frustrante desencanto de enterarse que su sueñecillo imperial e infantil no haya sido (a lo largo de tantos dólares y años) bien implantado en Venezuela, para más señas.
Esta bien, no queremos hacer sufrir a nadie, mucho menos a un niño, aún cuando resulta que este niño se está sobrepasando y como aquellos niños malcriados que en el medio de una pataleta le dan un empujón a la mesita y terminan quebrando el jarrón favorito de la abuela, este niño, con esa berraquera puede quebrar al país entero, como de hecho está haciendo. Es claro e indefectible que este niño pareciera no tener padre. En las añoradas reuniones familiares de otrora (mismas que recuerdo con nostalgia) si yo comenzare algún berrinche, rápido me salía al paso mi papá o abuelo, me agarraba por el brazo y me preguntaba, si yo estaba loco o estaba aconsejado por mandinga; disyuntiva que me hacía reflexionar frenando mi ira, coaccionado también, y hay que decirlo, por el braquial agarrón. En actuales desplantes (ausentes de padre) ya nadie se sorprende por el lenguaje escatológico y agresivo, es más de lo mismo, por los hechos de corrupción (más de lo mismo), por la inseguridad (más de lo mismo) y tantos otros temas cuya disertación y desglose se ha vuelto bandera del mensaje de la oposición. Me viene a la mente el siguiente ejemplo, las expropiaciones. En Cuba cuando decretaron la revolución urbana, de un solo golpe expropiaron todas las viviendas de la Habana. Nuestro niño a este paso expropiatorio, demoraría más de 50 años para expropiarnos a todos, sólo en Caracas. Es decir, el niño nos despista con sus berrinches y amenazas. Es cierto, son terribles las expropiaciones y peor la ausencia de forma legal con que se están realizando pero no sorprenden con el impacto que la oposición esperaría. Y es que la aposición debe revisar un cambio en el paradigma de su mensaje hacia la lucha por alcanzar el poder que después de todo, es su principal objetivo, como es lógico pensar. Lo más grave en el mencionado evento, no es la expropiación de tres edificios que representan una infinitesimal proporción de todo el parque urbano de la ciudad, lo más grave es la sumisión abyecta del poder municipal representado por el Alcalde de Caracas (como se hace llamar) que con libretica en mano asume como mando divino las vociferaciones inconsultas del niño de Miraflores, instrucciones que me hicieron pensar que lo que desea hacer el niño, es alguna suerte de parque temático de Bolívar en el corazón de Caracas. Se olvida el alcalde que los que laboran en el edificio La Francia, por mencionar a alguien, son contribuyentes del municipio que tiene a bien dirigir y que a ellos debiere canalizar todos sus esfuerzos gerenciales con el fin de garantizarles protección, seguridad, servicios públicos y facilidades para el progreso y no hacer todo lo contrario como lo es, dejarlos sin trabajo. Yo no puedo imaginar a Berlusconi por muy cavalieri que sea dándole ordenes al alcalde de Roma, o a Obama por muy carismático que pueda ser, gritándole ordenes al alcalde de Nueva York para que este las copie en una libretica y salga corriendo a transcribirlas y a ejecutarlas. Nuestras alcaldías son herederas de aquella maravillosa institución que se originó en la Castilla Medieval llamada El Cabildo donde cualquier monarca, el mismo Carlos V el hombre más poderoso del mundo, tenía que pedirle permiso al cabildo para trasponer las puertas de tal o cual ciudad. Sin ir muy lejos, en el cabildo de Caracas fue donde se encendió la llama independentista por allá un 19 de abril. Resumiendo, la expropiación de esos tres edificios es el trapito rojo, el fracaso institucional reflejado en la servil actitud del burgomaestre, es el tema de orden. La oposición debe dejar de seguirle los pasos al niño de Miraflores, el niño habla y después la oposición responde. Ya es hora que la oposición tenga discurso propio y ese discurso debe estar dirigido, en mi opinión, hacia la reconstrucción institucional, dicho de otra manera, hacia la restitución de la República, ¿Discutamos cómo lo vamos a materializar?
Los habitantes de esta tórrida tierra queremos dar ese paso fundamental que nos lleve a un sistema donde el respeto a las instituciones sea la llave de un estado de bienestar y progreso que aún ninguna dirigencia ha logrado mostrarnos. Señores opositores, mientras ustedes siguen pañitos rojos, los venezolanos queremos seguir el camino que históricamente nos corresponde y creemos que es factible alcanzar. Como crítica singular observo, que hasta ahora yo no he oído ningún plan para rescatar el poder judicial. No para colocarlo del lado opositor sino para ubicarlo en el lugar que le corresponde como organismo principal en el camino a materializar la verdadera igualdad y como primera piedra en la reconstrucción nacional. No como lo van a constituir, no, ni que va a ser diferente, tampoco. Yo quiero escuchar como vamos a rescatar y poner a flote el Poder Judicial, ¿Cómo? Qué plan me presentan para rescatar el sistema público de salud, ¿Cuál es el plan? La educación, la seguridad y tantas otras deficiencias que atribulan hoy en día a nuestra gente. No quiero seguir escuchando que Venezuela se merece un camino diferente, quiero que discutamos cual va a ser ese camino. Y en la discusión de ese camino, el mensaje no oficial tendrá eco en aquellos que aún desconfían del bloque opositor y que por iguales razones no están de acuerdo con los actuales rumbos que toma la nación.
Este niño nos deja si electricidad, sin azúcar, si trabajo, muchas veces permite que perdamos, en el mejor de los casos, algún bien material, a veces la vida. Nos deja sin la Francia, sin Éxito, en resumen, nos deja sin futuro. Ya está bueno de seguir haciéndole coro a este niñito, ya es hora de que el padre aparezca, lo agarre por el brazo y le pregunte, si está loco o está aconsejado por mandinga. Es hora de rescatar la república y sus valores, es hora de calentarnos en el cálido hogar de la justicia. Es hora de recuperar la cordura.
Carlos G. B.