jueves, 19 de agosto de 2010

SOÑÉ

Soñé que caíamos en manos de un lumpen malicioso que se apoderaba del aparato institucional y lo ponía a funcionar a favor de su color, desbaratando a zarpazos el estado de derecho con el único objetivo de preservarse en sus privilegios recién adquiridos hasta el fin de la historia, eliminando al individuo, lavando cerebros, generando odio.
No me preocupó el tiempo ni la orientación social, y más que su mala fe, me atormentó su ineficiencia de la que eran pródigos, y más aún, que la ocultasen y negaran, lo que los hacía mediocres. ¡Su ineficacia hasta el infinito! ¡Su mediocridad tan de cerca¡
Me preocupé por aquellos que estaban dentro del monstruo, que se dejaron comprar y evadieron la realidad mirando hacia otro lado.
Pensé en que todos unidos no deberíamos dejar que la patria se siguiera quemando, hoy por nosotros, pero más por los que están por venir.
Cuando desperté, estaba en Venezuela.

CARLOS G. B.